Hace poco, amigos y desconocidos, el amor tuvo otro deceso. El suceso fue como todo imprevisto: fue imprevisto; pero fue uno de los accidentes más lentos y destructivos, se nos quemaron millones de células emocionales.
Las ideas y las circunstancias se salieron de control, las dudas vinieron a ser el colmo de cada día. Peor que una crisis, una sensación de crueldad injustificada invadió al varón. Y a la dama el vacío que le dejo tener que arrancar todo lo dicho por él, para que quede solo un esqueleto de ambivalencia poco a poco olvido, y olvidado, ni siquiera un amigo. No podría ser.
Así que todo redundaba en un hasta luego, y luego pretendía ser un adiós definitivo, por momentos quería ser un estaremos juntos. Pero él no funciono y ella fue bastante cuerda. Las lágrimas se derramaron sobre ella, la conciencia empezó a reclamarle a él. Ambas noches se hicieron largas. No se podía descansar muy bien. Hay maneras de aprender bastante dolorosas…
Pero todo se paga, dicen, en esta vida. Quien sabe si sea una exageración pero de repente creí que una equivocación en el amor es una mutilación en el corazón. Quien mejor lo puede saber sino el desencantado, el traicionado y el traidor; el inmaduro y el confundido, el desesperado, el egoísta, el solitario, el poeta incompetente, y otras especies más.
Pero el llanto de una mujer sincera y leal ante un alma irracional de varón es una condena, una advertencia, una amenaza para lo que le queda por venir. Aunque poco sea crea en la justicia presente. Un amigo me contaba que es posible que dolores pasados nos descompongan la memoria e inconcientemente dañemos a otros convirtiéndose en una cadena de desilusiones. Yo no lo sé, no me acuerdo de algunos sentimientos que antes tenía y lo sé porque los he visto escritos. Pero a veces no lo creo. Siento no saber pintar de rosa al desamor pero sé que es una cuestión personal saber sacarle provecho a cada situación, cada deceso, suceso imprevisto y hasta accidentes lentamente mortales del desamor.
Las ideas y las circunstancias se salieron de control, las dudas vinieron a ser el colmo de cada día. Peor que una crisis, una sensación de crueldad injustificada invadió al varón. Y a la dama el vacío que le dejo tener que arrancar todo lo dicho por él, para que quede solo un esqueleto de ambivalencia poco a poco olvido, y olvidado, ni siquiera un amigo. No podría ser.
Así que todo redundaba en un hasta luego, y luego pretendía ser un adiós definitivo, por momentos quería ser un estaremos juntos. Pero él no funciono y ella fue bastante cuerda. Las lágrimas se derramaron sobre ella, la conciencia empezó a reclamarle a él. Ambas noches se hicieron largas. No se podía descansar muy bien. Hay maneras de aprender bastante dolorosas…
Pero todo se paga, dicen, en esta vida. Quien sabe si sea una exageración pero de repente creí que una equivocación en el amor es una mutilación en el corazón. Quien mejor lo puede saber sino el desencantado, el traicionado y el traidor; el inmaduro y el confundido, el desesperado, el egoísta, el solitario, el poeta incompetente, y otras especies más.
Pero el llanto de una mujer sincera y leal ante un alma irracional de varón es una condena, una advertencia, una amenaza para lo que le queda por venir. Aunque poco sea crea en la justicia presente. Un amigo me contaba que es posible que dolores pasados nos descompongan la memoria e inconcientemente dañemos a otros convirtiéndose en una cadena de desilusiones. Yo no lo sé, no me acuerdo de algunos sentimientos que antes tenía y lo sé porque los he visto escritos. Pero a veces no lo creo. Siento no saber pintar de rosa al desamor pero sé que es una cuestión personal saber sacarle provecho a cada situación, cada deceso, suceso imprevisto y hasta accidentes lentamente mortales del desamor.
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