lunes

Una noche como cualquiera

Vendría rasgada de la nostalgia mirando con un lado desorientado. Vendría mísera de ilusiones, carente de aquellas novedosas emociones. Vendría callada, discreta, recatada. Sabría en su propio dolor lo que se siente, sabría en mi propio olvido lo que ella sabe lo que se calla, y no somos parte de nada. No me involucro en cualquier cosa, no me atrevo a decir ni la mitad de lo que pienso.
Vendría la noche como excusa, vendría la soledad como garantía. Vendría la tristeza como un frecuente proceso tolerable, no sorprende su visita. Vendría la alegría. Vendrían los puntos suspensivos y los ojos cerrados por horas.

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