lunes

Porción de savia paradójica

Veo niebla y lagartos. Dime si la quieres o si solamente estas enloqueciendo. Veo nostalgia y objetos punzo-cortantes.
No hay que saber mentir, hay que saber marcharse. Si te da desconfianza cállate. Puedes crear un incendio en el alma, y luego no podrás remediar cuando se te oxide el sentimiento.
Veo niebla, veo lagartos, no veo nada. Veo sal, veo despojos, espejos, veo pesadillas salidas de contexto y despiertas, goteras de acido, veo eco de olvido, veo desamor, no veo nada. Veo angustia, veo gritos, mudos de la existencia, veo ojos cayéndose hacia un precipicio, veo mentes atormentadas, veo explosiones mortíferas, veo lagunas de miedo, no veo nada. Veo jeringas, balas, veo tumbas, veo fotos, burbujas, anhelos, lagrimas, ratones, residuos de comida, manteles finos, cámaras que no nos vigilan adentro, espadas en mis muelas, letras aglomeradas, veo giros, sombras coloreadas por el tedio, veo la televisión, veo la computadora y el panorama, no veo nada. Veo desesperación, derrotas, abandonos, mujeres-desiertos, veo corazones en trizas, veo parques macabros, veo recolectores de basura-y-esperanza, no veo nada.
Lo que veo es que tu búsqueda esta muerta, que le cortaron los pies y le succionaron la razón. Que la quemaron porque ya estaba horriblemente marchita. Que te lo dijeron porque creían que tú ya no sentías. Que lloraste arena podrida, y te callaste más que en el subsuelo y te quedaste estancado en tu amargado cenagal absurdo.
Lo que veo es que ya sientes que todo es inútil, que esa calma occisa esta siendo tragada por moscas y los buitres (cucarachas y enfermos). Que licuaron tus miedos y te tomaste un licor de escrúpulos. Que te caíste y se te rompió el motor, y perdiste, perdiste, te perdiste, te perdiste y perdiste.
Y ahora me veo bostezar frente a tu cuerpo escuálido y tus labios de gelatina. No queda más que olvidarte (no queda más que olvidarte, no queda más).

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