miércoles

Sitio de amparo

Cansado como una tortuga/ se quiebra como huevo y se cuece/ y se quema y se pega al sartén, que es su cama/ y despierta de la madrugada/ pero le aterra el amanecer.
Sus manos son islas/ con nativos y náufragos verbos, que se vuelven caníbales/ y se callan en el puño cerrado/ y se asfixian diariamente, durante las impredecibles madrugadas.
A donde sea que vaya lo persiguen sentimientos críticos/ y pensamientos en espirales interminables. Cierto que el fondo es gigante/ por eso jamás habría que tocarlo/ es tan quejumbroso y arriesgado, que podría hacer temblar tus cimientos y tus huesos.
Anda al silencio que es el único sitio, donde se te ampara/ viaja por todas sus distancias, pero vuelve pronto/ no te quedes dolorosamente flotando en una ausencia/ ni falsifiques ninguna alegría.
Mejor dicho el silencio, es un antídoto contra el silencio/ no te quedes callado que la vida tiene una voz efímera ó (oh) más bien este sincrónico sistema con la muerte, tiene una prosa efímera.
Mañana quizás algo este de más, o algo este de menos/ mañana quizás no necesites saber lo que hoy estas aprendiendo/ casi todo termina después de empezar, por eso él nunca empezaba/ hasta que despertó.

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